lunes, 27 de febrero de 2017

Biografía de Edward Jan Habich - 13. Obras Públicas

  • Al reorganizarse los ministerios después de la ocupación chilena, quedó Habich sin la injerencia que antes tuviera en las Obras Públicas. A través de una carta advertimos la amargura que esta situación provocó en un hombre que tanto había contribuido en esta línea. “No tengo ninguna relación ni influencia en lo relativo a Obras Públicas -dice a Sears, un ingeniero que le solicitaba recomendación para un puesto-, y cualquier paso de mi parte en ese sentido sería considerado como un deseo de injerencia en tales asuntos...hoy sólo los nuevos directores de Obras Públicas pueden certificar sus servicios, reduciéndose el papel de la Escuela únicamente a preparar a los jóvenes para la carrera de ingeniero, y nada más”.
  • Pero no pasaría mucho tiempo sin que se volviese a llamar a Habich, dada su reconocida capacidad técnica, a colaborar de cerca con las autoridades en las obras públicas del país. En diciembre de 1890 figura como miembro de la Comisión Consultiva de esta repartición. Participa en diversos estudios y emite informes sobre problemas carreteros, de mercado, alumbrado, etc. Interesa especialmente reseñar su participación en el proyecto Eiffel para el teatro municipal.
  • Urgido por la necesidad de construir un Teatro Municipal, el Concejo Provincial de Lima designa una comisión presidida por Habich y compuesta además por Teodoro Elmore y Alejandro Carreño para que informe sobre el proyecto presentado por Eiffel. Después de un prolijo estudio, presenta Habich, asesorado por T. Elmore e Hilario Farge, un voluminoso informe en el que además de los datos técnicos se incluyen consideraciones sociológicas y estéticas. “El importante papel que en la vida culta y moral de una ciudad desempeña un teatro serio, hace de él. en una aglomeración de hombres, una medida de higiene moral tan imperiosa como las que tienen por objeto su higiene física”. Continúan los informantes reseñando la historia del Teatro de Lima hasta que durante “la época nefasta de ocupación extranjera” fuera inexplicablemente incendiado. No parecía conveniente a los comisionados trasladar la estatua de Bolívar para construir en la plazuela del mismo nombre el teatro prefiriendo como lugar más aparente el que ocupara el antiguo local. Ese sitio presentaba la ventaja de que los limeños estaban acostumbrados a él y de contar con una plazuela para el tránsito de carruajes. Fijan en 1.500 el número de asientos, dado que Lima tenía entonces 110.000 habitantes. Los pasillos debían ser anchos a fin de facilitar la salida en caso de incendios o de terremotos. Las recomendaciones de Habich, Elmore y Farge rebajan el presupuesto calculado por Eiffel en 2’400.000 francos a 1’200.000.
  • Prolijo en demasía sería dar cuenta de cada una de las comisiones desempeñadas por Habich al servicio de Obras Públicas. Estudios sobre cementerios, ferrocarriles, mercados, iglesias, planeamiento urbano, alumbrado, carreteras, irrigaciones, etc. ocuparon muchas horas de trabajo de Habich. Su capacidad técnica iba contribuyendo a cambiar el rostro externo del Perú urbano.

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